¿Mala digestión, sensación de pesadez o simplemente ganas de desintoxicarte? Tu tracto digestivo necesita descanso para regenerarse. Hacer unos días de ayuno intermitente de manera regular es, sin duda, una forma eficaz de regular el organismo y poner los contadores a cero.
Fácil de integrar en la vida cotidiana, el ayuno intermitente permite tener una práctica de salud que no interfiere ni bloquea el curso de tu vida.
¿Cuáles son los beneficios?
La interrupción de la ingesta de alimentos permite un descanso digestivo, durante el cual las células intestinales se regeneran. Sabiendo que gran parte de nuestra energía se dedica a la digestión, ayunar permite al cuerpo preservar su energía para regenerarse.
El ayuno intermitente seco es, además, una excelente práctica para adoptar si se quiere perder peso sin frustrarse con dietas draconianas. Alternando entre períodos de ayuno y períodos de alimentación equilibrada, el cuerpo recurre a sus reservas de grasa y la regulación del peso es mucho más rápida. Al reducir la digestión a cero durante el ayuno intermitente seco, el descanso que se le da al cuerpo se refleja en la calidad del sueño, que mejora.
Por último, y no menos importante, el ayuno intermitente seco previene muchas enfermedades, especialmente la diabetes, al regular los niveles de insulina. Disminuye el riesgo de accidentes cardiovasculares al reducir los niveles de colesterol malo y combate el proceso de envejecimiento del cerebro.
¿Cómo ayunar correctamente?
Es interesante ayunar según el método 16/8. Por la noche para permitir una noche regeneradora sin perturbaciones por la digestión o por la mañana si te resulta más fácil comenzando a hidratarte y alimentarte a partir del almuerzo. El ayuno intermitente es más eficaz cuando es seco, es decir, sin aporte de bebida de ningún tipo, ya que permite una desintoxicación más rápida.
Entonces, ¿qué esperas para ayunar? ¡Los buenos hábitos comienzan hoy!
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Los 7 errores que no debes cometer cuando comienzas el ayuno intermitente seco