En su forma natural, los probióticos se asimilan mejor que los complementos
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El polen es la semilla masculina de la flor. Las abejas recogen una parte y la transportan hasta la colmena en forma de bolitas.
En el proceso, añaden nutrientes, antioxidantes, enzimas y lactofermentos provenientes de su organismo. Sus efectos fitostimulantes combaten la fatiga y elevan el ánimo.
Una vez recolectado por el apicultor, el polen se congela directamente.
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¿Lo ideal? ¡Una cura de 15 días en cada cambio de estación! Una cucharada al día, en un jugo, una compota cruda o un batido.
Su sabor ácido también se combinará muy bien con las verduras de raíz en ensalada: remolacha, zanahoria, chirivía...
Más información: www.biovie.fr/pollen-ciste-bio-congele