Optimizar el estado de salud no se improvisa. Esto requiere un mínimo de conocimiento y disciplina. Aquí hay algunas reglas simples a seguir para promover una salud auténtica y duradera en el tiempo.
1) Equilibrio energético:La ingesta calórica debe adaptarse a los seres humanos evitando las deficiencias y los excesos.
Alimentos de los cazadores-recolectores: alimentos voluminosos ricos en agua y con una baja densidad calórica. Sin embargo, tienen una alta densidad nutricional. Este es el caso de losOkinawensespor ejemplo(que ostentan el récord mundial de longevidad según diferentes investigadores).La mayoría de los alimentos modernos que han aparecido en los últimos diez mil años y aquellos transformados y refinados por la industria agroalimentaria tienen una densidad calórica elevada.(alto contenido calórico)Y una baja densidad nutricional(bajo contenido de diversos nutrientes): productos de cereales, patatas, quesos, mantequilla, dulces, barras de chocolate, refrescos, salsas de mayonesa, etc.
2) Equilibrio micro-nutricional(vitaminas y minerales)
El examen de los restos humanos del paleolítico(comenzando hace 3 millones de años y terminando hace 12,000 años, o «período agrícola del Neolítico»)No muestra ninguna deficiencia de vitaminas y minerales.
Los alimentos que aparecieron en el Neolítico son menos ricos en micronutrientes, vitaminas, oligoelementos, enzimas, etc. Si a esto le sumamos los modos de producción intensiva(con productos fitosanitarios de síntesis - pesticidas, herbicidas -),El refinamiento de los productos alimenticios y todos los procesos de industrialización y comercialización más o menos perjudiciales para la integridad química de nuestra comida, nos permiten entender mejor por qué hoy en día, a pesar de una alimentación variada, podemos tener deficiencias de vitaminas B1, B6, B9, C, D, magnesio, potasio, zinc, yodo y selenio.
El déficit de estos nutrientes contribuye a aumentar el riesgo de enfermedades degenerativas.
3) Equilibrio antioxidante:Estas moléculas son capaces de neutralizar las partículas reactivas relacionadas con el oxígeno.« radicales libres »Que se forman en todo momento en nuestro cuerpo: vitaminas C, E, A, flavonoides, polifenoles y vitamina P.
La falta de antioxidantes favorece el envejecimiento prematuro del organismo y facilita la génesis de numerosas enfermedades degenerativas.
4) Equilibrio glucémico:Favorece los alimentos con un índice glucémico e insulínico bajo o moderado. Lo cual era el caso con la dieta del paleolítico superior.
Los alimentos que aparecieron con el Neolítico, como los cereales, las patatas y los lácteos, contribuyen a aumentar de manera exagerada el nivel de azúcar en sangre y de insulina.
5) Equilibrio de ácidos grasos:El equilibrio entre ácidos grasos saturados, monoinsaturados y poliinsaturados ha estado presente durante millones de años en nuestros antepasados.
Hoy en día se observa una alteración de los ácidos grasos comercializados por la industria agroalimentaria, ya que la extracción se ha realizado mediante el calentamiento de las semillas o por solventes químicos. En diferentes casos, la alimentación de muchas personas está desequilibrada en la proporción de ácidos grasos saturados, monoinsaturados y poliinsaturados.
6) Equilibrio de las proteínas:ni demasiado ni muy poco, de buena calidad y no alteradas por la cocción; atención a la glicación o caramelización de las proteínas animales.
7) Equilibrio ácido-base:La dieta ancestral, pre-agrícola o prehistórica, era ligeramente alcalina.
El hombre ha evolucionado durante 7 millones de años en un universo así, lo que influye enormemente en nuestro condicionamiento genético. Los pueblos« cazadores-recolectores »Modernos han conservado un estilo de vida cuya alimentación es predominantemente alcalina. En 1960, el pH urinario de una tribu de Nueva Guinea se midió entre 7,5 y 9. La dieta moderna- donde predominan los cereales, los lácteos y la sal -Contribuye a acidificar el organismo y favorecer enfermedades como el cáncer, la osteoporosis, la diabetes, la aterosclerosis y las enfermedades renales.
8) Equilibrio sodio-potasio:nuestros antepasados se beneficiaban de una dieta rica en potasio y baja en sodio(las frutas y verduras son ricas en potasio y sodio).
Desde el Neolítico, el consumo de sodio ha aumentado un 400 % y el de potasio ha disminuido en la misma proporción. Esto favorece la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares. La alimentación actual es demasiado rica en sodio y demasiado pobre en potasio.
9) Equilibrio en fibras y carbohidratos complejosLa alimentación prehistórica aportaba cada día 100 gramos de fibra. Hoy en día, las mejores recomendaciones proponen de 3 a 4 veces menos. Esto representa principalmente el consumo de fibra soluble de frutas, legumbres y hortalizas de raíz.
Las fibras influyen favorablemente en el nivel de azúcar en la sangre, la flora y el tránsito intestinal. Se encuentran en las frutas frescas y secas, las verduras y los cereales. Estos últimos deben consumirse con moderación, eligiendo preferentemente aquellos que contienen poco gluten, o ninguno en absoluto, para los intolerantes a esta molécula.
A partir de ahora, al observar estos 9 pilares, notarás un mayor bienestar interior asociado con más vitalidad y dinamismo en tu vida diaria.