LOS ALIMENTOS VIVOS.
El término vivo se utiliza aquí para evocar la noción de Vida. La Vida y todos sus procesos solo pueden ser sostenidos verdaderamente por lo que está Vivo... ¡
La cocción contribuye a «facilitar» los procesos de degradación bioquímica y, por lo tanto, la digestión de ciertos alimentos. Para aquellos que no desean consumir solo alimentos crudos al 100%, su destino no es necesariamente «caer» inexorablemente en la enfermedad... ¡Sin embargo, la salud auténtica y verdadera «exige» un consumo notable de alimentos crudos y vivos diariamente (excepto en caso de inflamación de la mucosa digestiva, por ejemplo).
Es favorable consumir diariamente un mínimo del 60% de alimentos crudos. Es un enfoque muy favorable para mantener un buen nivel de salud. Las frutas y verduras se pueden consumir enteras «a la croque» y en forma de jugos recién extraídos.
El hecho de consumir jugos de vegetales permite alcanzar más fácilmente el porcentaje del 60% de alimentos crudos de manera relativamente fácil. De hecho, se necesita una gran cantidad de vegetales para hacer un vaso de 20 a 25 cl de jugo. Estos jugos, aunque no contienen la totalidad de los nutrientes que aportan los vegetales enteros (algunos nutrientes quedan «prisioneros» de las fibras), concentran una cantidad relativamente importante, especialmente con un extractor de doble tornillo. Se necesita aproximadamente un kilo de zanahorias para hacer un vaso de 25 cl de su jugo.
Los alimentos pueden ser considerados en función de su densidad nutricional y su vitalidad. Aquí destacaremos 4 grandes clases.
- Alimentos «hiper vitales».
Son aquellos que concentran una gran cantidad de nutrientes cuya biodisponibilidad es muy fácil, tales como: las semillas suficientemente germinadas para provocar la transformación de moléculas complejas en moléculas simples, las semillas germinadas en brotes, los jugos de hierba (cebada o trigo, por ejemplo).
- Alimentos « vitales ».
Principalmente son frutas y verduras de temporada, de la región, de origen biológico, que no han sufrido ninguna alteración desde su producción hasta su consumo.
- Alimentos « sub vitales ».
Son todos los alimentos cuya densidad nutricional o vitalidad han sido alteradas en algún momento, sin importar la razón o el proceso.
- Alimentos « nocivos ».
Son los alimentos « enriquecidos » con aditivos químicos de síntesis o cuyo modo de producción, transformación, cocción son nocivos: producción intensiva con productos fitosanitarios de síntesis (pesticidas, herbicidas, etc.), OGM, alimentos que incluyen nanopartículas, ionización de alimentos, microondas, cocción UHT, cocción excesiva, fritura, etc.
La alimentación debe ser, por lo tanto, viva y sana. Para minimizar la exposición del Hombre a los diferentes productos fitosanitarios, conocidos por su efecto fuertemente deletéreo para la salud humana, es imperativo hoy en día, en la medida de lo posible, consumir alimentos de origen biológico. Esto concierne particularmente al consumo de frutas y verduras frescas. Además, esta alimentación debe estar exenta de cualquier proceso que pueda dañar la salud de los consumidores, como los OGM.
Claude Lagarde Doctor en farmacia y biólogo precisa:
« (...) Existen dos tipos de estados energéticos en la mayoría de los minerales: el estado de baja y de alta energía. El consumo de vegetales frescos aún vivos permitiría justamente aportar al organismo oligoelementos que poseen una alta energía. De hecho, la luz permite activar estos elementos y, por lo tanto, conferirles un estado activado.
Además, la dinamización genera oligoelementos que presentan electrones en estado de alta energía, lo que facilita la transferencia energética iniciando la reacción enzimática. Así, una infusión dinamiza sin duda los oligoelementos contenidos en las plantas ya que el choque térmico provoca modificaciones electrónicas.
Para poseer una actividad catalítica máxima, un oligoelemento debe estar presente en forma altamente energética o High Energy. Este estado activado del elemento mineral caracteriza un oligoelemento catalizador cuyos electrones disponibles y necesarios para la reacción enzimática se sitúan en la capa 3d, la más alejada de su núcleo.
Este científico precisa además:
«Diversos investigadores de renombre (incluidos varios premios Nobel) afirman desde hace tiempo la existencia de una información vibratoria preponderante (agua, sol, minerales...) que influye en la célula y sus intercambios de manera aún poco comprendida. Es fundamental para un científico aceptar la idea de que en 2017..., existe todo un universo de paradigmas del que no sabemos nada a pesar de numerosos logros científicos!»
Nuestra salud y nuestra vitalidad solo pueden ser aseguradas por alimentos cuyas moléculas no han sido alteradas o lo menos posible por procesos cualesquiera que sean. Cuanto más se desnaturaliza un alimento por diferentes procesos (cocción por calor u otros procesos como microondas, adición de moléculas de síntesis, refinado por extracción de ciertas partes del alimento, etc.), más se altera su integridad inicial.
Para favorecer nuestra salud, parece indispensable recurrir tanto como sea posible a alimentos enteros, no refinados, sin tratamiento ni aditivos de síntesis, de origen biológico y «vivos». Las plantas, las algas, las frutas y las verduras frescas de la temporada, de la región y de origen biológico son una buena expresión de ello.