Las vacaciones se acercan... ¡o quizás ya han comenzado! Es la ocasión perfecta para recordar algunos consejos y recetas simples 100% naturales para cuidar la piel en verano.
Nutrir la piel desde el interior
Una cura de espirulina o klamath favorecerá la síntesis de colágeno y queratina, protegiendo la piel tanto como la fibra capilar gracias a su excepcional riqueza nutritiva, especialmente en vitaminas del grupo B. En cuanto a la alimentación, llena tu plato de vitaminas A, B y C, ácidos grasos esenciales y antioxidantes: tomate, perejil, pimiento rojo, aguacate, espinaca, zanahoria, albaricoque, melón, rábano, champiñón, col, brócoli, batata, plátano, cítricos y frutos rojos, aceites con una buena proporción de omega 3/omega 6 como el aceite de linaza, cáñamo y germen de trigo.
¡La hidratación es la clave!
Una epidermis seca será más propensa a las quemaduras solares. Prepara tu piel de antemano hidratándola diariamente con linimento oleo-calcáreo. Otra solución: el aceite vegetal de zanahoria, rico en betacaroteno, optimizará el bronceado al favorecer la síntesis de melanina y hará que la piel sea más resistente a los rayos UV.
Bebe al menos 1,5 litros de agua al día y abusa de los jugos de vegetales, batidos, frutas y verduras llenas de agua como pepino, melón, sandía, durazno, calabacín, fresa...
Masa y exfolia
Exfoliar la piel antes de la exposición (y no después), a un ritmo de 1 a 2 veces por semana, te permitirá eliminar las células muertas, contribuyendo a un bronceado uniforme.
Para ello, mezcla:
- 1 cda de Ghassoul
- 2 cdas de plasma marino o agua floral (lavanda, geranio, árbol de té...)
Masajea con pequeños movimientos circulares, sin frotar. Retira con un algodón lavable y enjuaga con agua clara.
Después de la exposición al sol, ¡es hora del masaje! Esto también vale para los pequeños: comparte este momento lúdico de iniciación a los colores, olores y texturas de los aceites vegetales. Los aceites de coco, ricino y cáñamo serán ideales para hidratar y reparar la piel en profundidad.
Protégete eficazmente
Desde la llegada de los días soleados, exponte regularmente por períodos cortos, cada vez más largos.
Evita el sol de 12h a 16h, o al menos nunca más de 15 minutos para las pieles claras (¡incluyendo con protección solar!). Porque las cremas solares, además de su gran cantidad de sustancias tóxicas, previenen las quemaduras pero no los riesgos de melanoma (sobre este tema, lee "La protección solar" de Thierry Souccar). Algunos aceites vegetales tienen un índice de protección interesante: el aceite de aguacate (IP 15) bloquea el 93% de los rayos UV que pueden causar enrojecimiento y quemaduras, mientras que el aceite de germen de trigo (IP 20) bloquea el 95%.
Atención a los niños, su piel es más fina: ¡el 80% de la exposición total al sol durante una vida ocurre antes de los 18 años! Las quemaduras solares en la infancia debilitarán la piel a largo plazo. Sombrero, gafas, ropa holgada... Cubrirse sigue siendo la mejor solución, incluso bajo un cielo nublado.