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Precios justos
Hace ya 11 años que elegí ser vegetariana. Primero eliminé de un día para otro mi consumo de carne y pescado, y un mes después, tomé un camino más radical convirtiéndome en crudivegana al 100%. Mi elección es tanto ética como ecológica, pero también está motivada por el deseo de adoptar una alimentación más respetuosa con mi cuerpo; quiero estar atenta a las señales que me da para navegar hacia una salud plena. Hoy, a los 48 años, mujer activa, madre de tres hijos, copropietaria de una empresa con numerosos proyectos, puedo afirmar que esta dieta me apoya plenamente en mi vida diaria tan intensa.
Sin embargo, a menudo escucho que este modo de alimentación puede causar deficiencias, especialmente en proteínas, hierro o vitaminas, con un enfoque particular en la B12. Esta comunicación orientada y repetida puede a veces frenar a quienes desean comenzar, o generar dudas sobre la sostenibilidad de una alimentación vegetariana a largo plazo.
Análisis de sangre perfectos
Estoy feliz de compartir mis recientes análisis de sangre que son simplemente excelentes. No hay deficiencias a la vista ni anemia declarada, y todos los indicadores de salud no solo están dentro de la norma, sino que a veces están por encima. Por supuesto, están los marcadores que conciernen al colesterol, me mantengo vigilante y bien acompañada, es importante. Más aún porque mis antecedentes familiares son catastróficos, las mujeres de mi linaje han tenido grandes problemas de tiroides. Estos resultados demuestran que con una buena planificación de las comidas y un estilo de vida saludable, es posible satisfacer todas las necesidades nutricionales, incluso siguiendo una dieta vegetariana mayoritariamente cruda.
Una alimentación bien pensada
El secreto de una alimentación equilibrada reside en la diversidad y la calidad de los alimentos consumidos. Así que sí, hay familias de alimentos que he eliminado por completo como la carne, el pescado, los lácteos y sí, aún así he conservado todos los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento de mi metabolismo. Proteínas, calcio, oligoelementos, fitonutrientes, minerales, ácidos grasos, ¡todo está ahí!
Integro obviamente una gran variedad de verduras, frutas, nueces de manera diaria para asegurarme de que mi cuerpo reciba todos los nutrientes necesarios.
Consumo los cereales teniendo cuidado de remojarlos y hacerlos germinar antes de consumirlos, crudos o "al dente".
No tomo suplementos alimenticios a largo plazo, prefiriendo curas bien enfocadas en momentos del año propicios. Se tratará entonces de aceite de onagra, magnesio o vitamina C.
Prefiero apostar por superalimentos para complementar mi alimentación, como las algas frescas, las microalgas, el polen, las semillas germinadas y los brotes, los jugos de vegetales en general y los jugos de hierba de cebada en particular y el agua de mar. Esto me permite mantenerme en plena forma y mantener un equilibrio óptimo sin recurrir a complementos artificiales.
Soy 100% vegetariana por elección y aplico la ley de Pareto en mi alimentación viva. 80% en el día a día y 20% de excepción. Primero, porque razonar por cifras y proporciones es una forma mental y mecánica de ver las cosas, y soy un ser humano que vive emociones, dependiente afectiva asumida que prefiere disfrutar con placer de los panqueques hechos con amor por mis hijas (incluso con harina básica) que quedarme atrapada sola en mis ideales de pureza que de todos modos nunca alcanzamos.
También puedes imaginarme comiendo buenos quesos bien curados en casa de amigos, es raro, pero esos momentos los guardo celosamente.
Un estilo de vida activo y equilibrado
Sin embargo, mi bienestar no se basa únicamente en lo que como. Más allá de la alimentación, presto especial atención a la calidad de mi sueño, al que doy prioridad. Una regla de oro muy simple que aplico: descanso cuando estoy cansada. Lejos de mí los movimientos de forzar mi organismo a la resiliencia y a superar los límites. ¡La suavidad hacia uno mismo es una buena fuente de nutrientes!
Incluso tengo un horario reservado en mi agenda para una pequeña siesta cada día y lo utilizo muy a menudo.
También soy muy vigilante con la sedentarismo, ya que es esencial para mí mantenerme activa. En el marco de mi rutina diaria, limito el tiempo que paso frente a una pantalla a tres horas al día, y con una buena organización, logro gestionar mi empresa, mis proyectos y mi vida familiar sin superar este límite. Esto me permite mantenerme en movimiento, no quedarme atrapada en una posición estática y gestionar mejor mi energía a lo largo del día.
Danza libre, un pequeño trote descalza, estiramientos regulares durante los largos trayectos, baños al aire libre sin importar la temporada, bicicleta, patinaje, todo es una excusa para moverse.
Para mi salud y sobre todo mi equilibrio emocional, es más fácil mantener un sistema nervioso regulado cuando se puede evacuar regularmente el estrés, el miedo, la ira, las frustraciones, las preocupaciones y las demandas externas.
Optimizar la asimilación de nutrientes mediante una limpieza regular del cuerpo
Otro aspecto esencial de mi capital de salud se basa en la optimización de la asimilación de nutrientes. Más allá de lo que como, me aseguro de que mi cuerpo pueda absorber plenamente todos los beneficios de los alimentos. Para ello, practico regularmente técnicas de limpieza interna, como ayunos cortos o monodietas, que permiten a mi sistema digestivo regenerarse y mejorar su eficacia.
Las famosas desintoxicaciones que están muy de moda y a menudo mal entendidas.
Los ayunos cortos, que integro de manera periódica en mi vida diaria, ofrecen a mi cuerpo períodos de merecido descanso digestivo. Esto no solo permite estimular los procesos naturales de desintoxicación, sino también optimizar la absorción de nutrientes y ofrecerme espacios de calma interior donde es más fácil escucharme pensar, esperar. Dicho de otro modo, las rumiaciones relacionadas con el pasado pueden ser procesadas y liberadas, ofreciendo un terreno limpio propicio para ver cada día como un nuevo comienzo. De igual manera, la monodieta, que consiste en consumir solo un tipo de alimento durante un tiempo determinado (como manzanas, jugos de vegetales o uvas), permite al cuerpo concentrarse en una digestión más simple y rápida, facilitando al mismo tiempo el trabajo de los órganos responsables de la desintoxicación.
Estas prácticas no solo buscan mejorar la absorción de nutrientes, sino también purificar mi cuerpo suavemente. Me ayudan a mantener un equilibrio óptimo sintiéndome más ligera, más energética y más saludable. Así, como complemento de mi dieta vegetariana, contribuyen en gran medida a mi vitalidad y a la estabilidad de mi salud.
Resultados positivos en mi salud global
Lejos de los clichés sobre el vegetarianismo y la alimentación viva, mi régimen alimenticio y mi higiene de vida siempre me han apoyado en mis actividades y en mi búsqueda de un modo de vida armonioso, incluso en períodos realmente muy difíciles. Además de tener análisis de sangre ejemplares, me siento llena de energía y vitalidad a diario. Mi digestión es más ligera, mi energía es estable, y me siento perfectamente en sintonía con mis elecciones alimenticias y de vida. Esto demuestra que con organización y conciencia, es posible llevar una vida activa, equilibrada y llena de proyectos siendo vegetariana desde hace más de una década.
