La alimentación es uno de los pilares de la salud.
Encontrar la alimentación que conviene a cada uno es un verdadero desafío.
La comida impacta nuestro cuerpo pero también nuestras emociones y nuestras ideas.
En cierto modo, somos lo que comemos.
"Que tu alimento sea tu medicina" ya decía Hipócrates.
¿Y si intentáramos recuperar ese estado de equilibrio, de plena salud, de vitalidad y de alegría gracias, entre otras cosas, a lo que comemos?
¿Cuál es el papel de la alimentación y su importancia en el ser humano?
La alimentación es nuestra fuente de energía.
Al comer, buscamos nutrientes que nos permiten vivir, movernos, crecer, pensar, compartir...
En la naturaleza, el mamífero que somos, comía de manera frugal y se alimentaba de elementos que encontraba en su entorno.
Por supuesto, el ser humano se alimentaba según los recursos disponibles en su entorno directo y, por lo tanto, la proporción de frutas, bayas, semillas, hojas y raíces era seguramente grande.
No había alimentos procesados, no había alimentos industriales y seguramente muy poca cocción.
Este modo de alimentación que ciertamente duró milenios en la especie humana se ha modificado fuertemente desde hace relativamente poco tiempo.
Nos hablan de hambruna y escasez, juegan con nuestro miedo a la falta de comida, pero hoy, en los países llamados industrializados, se muere más por sobrealimentación y mala alimentación que por hambruna...
El papel fisiológico de la alimentación es, por lo tanto, satisfacer nuestras necesidades energéticas...
...pero hoy en día, comemos por placer, para compartir un momento con los demás, para llenar nuestras insatisfacciones, para compensar nuestras emociones, porque nos aburrimos, o simplemente por el placer de comer porque está rico...
¿Cuál es el vínculo entre alimentación y salud?
Nuestro cuerpo se renueva constantemente.
Nuestras células se multiplican y utilizan los elementos disponibles para estos procesos metabólicos.
La comida que comemos, el agua que bebemos, el aire que respiramos, las ideas que pensamos... todo esto nos constituye.
La alimentación impacta la calidad de nuestro organismo y de nuestras ideas.
Basta con ver el bienestar que sienten la mayoría de las personas que ayunan o que cambian su alimentación.
Es algo que he vivido personalmente y que observo en los acompañamientos naturopáticos, las consultas y los ayunos.
Es más o menos impresionante, pero los consultantes que cambian su alimentación tienen beneficios a nivel físico, emocional, psicológico, energético.
Y las recaídas alimentarias se sienten fuertemente con fatiga, hinchazón, una mente nublada, por ejemplo.
Deberíamos ofrecer a nuestro organismo el mejor combustible posible, los mejores alimentos disponibles.
Alimentos servidos lo más cerca posible de su estado natural, con la menor transformación posible.
Así es como nuestro cuerpo estará en condiciones de /
- Limitar la acumulación de toxinas, las dificultades digestivas y, en consecuencia, numerosas enfermedades.
- Absorber de la mejor manera los elementos que necesitamos para vivir: nutrientes, vitaminas, minerales, oligoelementos.
- Satisfacer nuestros sentidos, de manera consciente y natural.
¿Cómo podemos imaginar encontrar la plena salud, la vitalidad y la felicidad atiborrándonos de productos industriales y procesados?
¡La alimentación natural es una de las mejores prevenciones!
A veces es difícil cambiar de alimentación o mantener una alimentación saludable.
Nuestras emociones, las relaciones sociales, las tentaciones son grandes... es importante contar con acompañamiento para liberarse progresivamente de los comportamientos compulsivos, de esa relación con la comida, de esa idea de que la comida es una fuente mayor de placer que se vuelve incontrolable...
Trabajando tanto en la alimentación como en las emociones, nos damos todas las oportunidades de avanzar e invertir el círculo vicioso para ir hacia el círculo virtuoso de la vida, del equilibrio, de la armonía...
¿Cuál es el papel de la alimentación en el desarrollo óseo?
Los huesos se regeneran y necesitan minerales.
Las células óseas están compuestas en gran parte por minerales.
Por lo tanto, es primordial tener una alimentación rica en minerales para un buen desarrollo óseo y evitar problemas óseos, como la fragilidad ósea o la osteoporosis.
El consumo regular de buenos minerales accesibles es importante para la calidad de los huesos.
Pero también lo es la calidad del sistema digestivo.
Si el sistema digestivo está agotado o dañado, podemos consumir minerales, pero el cuerpo no podrá asimilarlos bien.
El equilibrio global del organismo y, en particular, la acidez también tendrán una gran importancia en el equilibrio de los minerales en el cuerpo.
El organismo es un todo y el estrés también juega un papel en la asimilación de los minerales necesarios para los huesos.
Para un buen desarrollo óseo, lo ideal es simplemente un buen equilibrio global y holístico del ser.
En naturopatía, para acompañar una fragilidad ósea, se verifica que la alimentación sea adecuada, que los minerales estén presentes y sean biodisponibles, se trabaja el sistema digestivo, la acidez del organismo, la eliminación de desechos, la regeneración, etc.
Las plantas, los alimentos y su preparación, la respiración, el sueño, la actividad, las emociones, el bienestar... todo esto puede intervenir según las necesidades de cada individuo.
La alimentación es importante para el desarrollo óseo, pero también cerebral, para la calidad de la piel, el cabello, los dientes, la vista.
Una alimentación adaptada de manera personalizada permitirá un buen equilibrio y, por lo tanto, un mejor funcionamiento de los órganos del sistema digestivo, renal, hepático, cutáneo, osteoarticular...
¿Cuál es el papel de la alimentación en la digestión?
La función del sistema digestivo es procesar los alimentos. Es el que está en contacto directo con lo que comemos.
El sistema digestivo transforma los alimentos para extraer los elementos esenciales y útiles para el organismo.
Si le damos elementos simples, alimentos naturales, consumidos en cantidad adecuada y no procesados, le damos las mejores condiciones para una buena digestión.
Si, en cambio, comemos alimentos procesados, en grandes cantidades, muy a menudo, con muchos ingredientes en cada comida, entonces agotamos progresivamente el sistema digestivo, que tendrá cada vez más dificultades para absorber correctamente los nutrientes que necesitamos.
Entonces necesitaremos comer más, podemos encontrarnos carenciados, incluso cuando comemos en exceso...
Es un círculo vicioso.
Hoy en día vemos demasiadas personas que sufren de estreñimiento, hinchazón, gases, acidez, dolores de estómago y otros problemas generados por un sistema digestivo en dificultades.
Demasiadas pocas personas recuperan una digestión normal, aunque ni siquiera sentían los síntomas a diario: fatiga, flatulencias, problemas de piel, dolores, sueño, pensamientos confusos, dificultades para concentrarse, ideas negras, depresión...
¿Cuáles son las consecuencias para la salud de una mala alimentación?
Una alimentación no adecuada para el ser humano y no personalizada, no adaptada a las necesidades de cada uno puede llevar a numerosos problemas de salud.
Si no proporcionamos el combustible adecuado, el motor no puede funcionar correctamente, de manera óptima. Incluso puede dañarse o, peor, romperse.
Una alimentación no adecuada puede generar crisis de eliminación, enfermedades funcionales que permiten al organismo hacer limpieza, siempre y cuando tenga una buena vitalidad. Esto es lo que generalmente hacen los niños (diarreas, fiebre, mucosidades...).
Pero si el cuerpo ya no tiene la fuerza para evacuar estas toxinas, entonces tendrá que almacenarlas y dar lugar a enfermedades crónicas, y luego a enfermedades degenerativas.
Para evitar esta escalada, es importante alimentarse con alimentos naturales que sean adecuados para chacun.e.
Sin dogmas, dejemos de querer controlar todo drásticamente, de querer hacer dietas ridículas antes del verano para luego lanzarnos a otras cosas.
No es un objeto que compramos o una nueva moda que mostramos.
Es un estilo de vida, una filosofía de vida, una relación con la vida diferente, a menudo menos consumista y más consciente, duradera, natural, respetuosa.
Seamos humildes y escuchemos ante todo los mensajes de nuestro cuerpo.
Es esencial personalizar nuestros platos según las necesidades de cada uno, elegir los ingredientes según la actividad física, la actividad mental, las capacidades digestivas individuales.
Aprendamos a comer con conciencia, amor y respeto.
Aprendamos a comer con alegría, sin culpa, sin compulsión.
Y no olvidemos que la alimentación no lo es todo...
Es una de las bases de la salud, no olvidemos las demás...
Reaprendamos a vivir simplemente, simplemente felices y con plena salud.
Te acompaño en consultas individuales y en talleres, en este camino hacia la plena salud y el equilibrio.